Impulsar la Cuarta Transformación sin simulación

La verdad duele, pero la mentira mata a los que la difunden. No te preocupes por quienes te odian, mejor preocúpate por esos que fingen que te aman

Sin duda alguna, el primer gobierno genuinamente democrático del siglo XXI encabezado por un ser humano de dimensiones extraordinarias, Andrés Manuel López Obrador, enfrenta guerras de diferente índole que intentan destruir una forma distinta de hacer política que tiene como columna vertebral la búsqueda del bienestar del pueblo. Estas guerras incluyen, por una parte, ataques directos que han dejado de tener impacto por la creciente politización de una sociedad otrora marginada de la res pública y, por lo tanto, no son los que nos deben preocupar, y por la otra, ataques que sí podrían frenar el avance de la Cuarta Transformación porque tienen en la hipocresía y la simulación una herramienta con gran potencial destructivo.

Es cierto que durante décadas, el sello de los “gobiernos” neoliberales fue justamente la simulación con la que se perseguía manipular a una población víctima de empresas lucrativas de “información” -de deformación- que a través de las pantallas de televisión, los periódicos y la radio, ocultaron lo que debían dar a conocer y difundieron mentiras y distorsiones para hacer posible la destrucción de nuestro país en beneficio de corporaciones trasnacionales. En consecuencia, la imposibilidad de ejercer el derecho de réplica para desmentir infundios y distorsiones permitió que cinco delincuentes disfrazados de “servidores públicos” cumplieran con la agenda dictada allende la frontera por el Consenso de Washington. Sin embargo, todo cambió con el surgimiento de las “benditas” (y también malditas) redes sociales que han generado no sólo una intensificación del debate político entre un número creciente de ciudadanos, sino, desafortunadamente, también una profusión de medios “alternativos” conocidos como youtubers que en varios casos, no en todos, han venido condicionando sus contenidos al gusto de facciones y posturas dentro del lopezobradorismo, en especial, las asumidas por la actual dirigencia de un partido que dejó de ser “movimiento” para convertirse paulatinamente en partido electorero donde se replica los mismos vicios que millones de ciudadanos queremos erradicar.

Como lo hemos mencionado en anteriores reflexiones, la trayectoria y logros de AMLO han generado una ideología conocida como lopezobradorismo que ciertamente está contenida en el estatuto y principios fundacionales del Movimiento de Regeneración Nacional nacido en octubre de 2011 y que en 2014 quedó registrado en el INE, tras el escandaloso fraude perpetrado por el PRIAN y apoyado por  este instituto que desde su creación en 1990, ha garantizado la implementación de la agenda neoliberal en México. Y justamente por el andamiaje legal y electorero que ha regido los procesos electorales desde 1994 hasta la fecha, es que se ha modificado el Art. 41 de la Constitución que privilegia la actividad de la partidocracia por encima del ejercicio del poder popular en la determinación de la política y la forma de gobernar que genuinamente garantice el bienestar de toda la población. En consecuencia, se ha violado los derechos políticos de ciudadanos y de militantes a los que sólo se les utiliza para avanzar intereses de cúpulas deshonestas. Y como podemos constatar con las decisiones arbitrarias de una dirigencia que ha venido conduciendo a Morena por la ruta de desprestigio y declive que recorrió el hoy casi desaparecido PRD, es claro que está en manos de ciudadanos que llevan en la conciencia los principios rectores de la Revolución de las Conciencias, impedir que la simulación y corrupción dentro de Morena obstaculicen la consolidación de la Cuarta Transformación.

Estamos viviendo momentos históricos con la decisión valiente y decidida del Movimiento Popular Coahuilense integrado tanto por dirigentes y militantes morenistas como por ciudadanos lopezobradoristas y militantes del Partido del Trabajo que impulsan la candidatura del ex Secretario de Seguridad Pública Ricardo Mejía Berdeja, para impedir que una dirigencia que ha dado la espalda al pueblo y ha violado tanto los principios como el estatuto de Morena, impusiera a un personaje que encarna los vicios que un candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena.PT) jamás debería exhibir. Y por no ser la primera vez que Mario Delgado negocia los principios y hace a un lado perfiles congruentes con la 4T, es que esta decisión de la mayoría del pueblo de Coahuila es de una enorme relevancia para que en 2024 se garantice que el sucesor de Andrés Manuel López Obrador genuinamente continúe con la consolidación del Proyecto de Nación, en vista de la promesa de nuestro presidente de retirarse por completo de la actividad política al término de su mandato.

En este sentido, parte de la actividad de medios alternativos que transmiten por las redes sociales que han comprendido que dentro de su papel en la lucha por consolidar la Cuarta Transformación, está el priorizar, con honestidad intelectual y transparencia, el análisis de hechos y decisiones de todos los actores políticos, incluyendo los integrantes del partido en el gobierno, justamente porque el andamiaje electorero y legaloide ha sido diseñado para corromper la actividad de los institutos políticos. En consecuencia y sin importar el número de suscriptores y la monetización que YouTube ha establecido no sé con qué propósitos (aunque sospecho que para lograr que se deje en segundo término la vocación de comunicar e impulsar la politización que en gran medida lleva a cabo AMLO en sus mañaneras) la congruencia nos indica que a riesgo de ser “impopulares” y recibir descalificaciones, debemos fortalecer una tarea comunicacional que sirva de apoyo a los esfuerzos que muchos mexicanos realizan para continuar impulsando la 4T. Esta tarea incluye, por supuesto, señalar actos o decisiones de integrantes de nuestro propio gobierno, sin que esto erróneamente sea calificado como “deslealtad”. En este punto, es menester puntualizar que no hay mayor deslealtad que el aplaudir ciegamente todo lo que dicen o hacen nuestros servidores públicos, porque parte de la congruencia es, precisamente, coadyuvar a impedir desviaciones o errores que perjudiquen la marcha de la 4T.

Por supuesto que los que asumamos la honestidad en el análisis y la comunicación que hacemos llegar a otros ciudadanos como nosotros, porque somos parte del pueblo, no seríamos los primeros en experimentar situaciones adversas; después de todo, tenemos frente a nosotros un ejemplo de lo que es la perseverancia y la convicción de lo que se quiere lograr pese a contratiempos y ataques: nuestro actual mandatario que, hoy por hoy, no sólo se mantiene incólume ante infundios y guerra sucia que intenta detener su Proyecto de Nación, sino que enfrenta una guerra muy sucia, taimada y simuladora dentro de su propio partido.

Concluyo esta reflexión que, sin duda alguna, generará polémica y animadversión de los que se sientan aludidos, diciendo que el espíritu de la Cuarta Transformación que se apoya en la necesaria revolución de las conciencias, debe ser nuestra inspiración en todas y cada una de las acciones que emprendamos para impulsarlas.

Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante. Ryszard Kapuscinski

¿Aparentar? No, señora, yo no sé aparentar...aquí dentro tengo lo que es más que apariencia…” Hamlet (William Shakespeare, 1564-1616)