Crónica de la detención de “El G-1”

Tuvo que ser el poder federal el que actuara en Durango y sin avisarle a Villegas ni media palabra Falta que investiguen quiénes lo protegían

Local29 de enero de 2023 Jesús Marín

cronica g1 web

Eran las cuatro de la mañana, el sonido característico de helicópteros interrumpió la madrugada del despertar duranguense. El rotar de las hélices causó pánico en los habitantes del norte de la ciudad. El Ejército Mexicano y la Guardiana Nacional desplegaron fuerzas en un operativo para capturar a uno de los líderes de un “grupo delictivo” de Durango, (no fueron los panistas, ni priístas, todavía): Gerardo N “El G-1”. 

Vecinos del rumbo del Cortijo escucharon desde la madrugada el volar de helicópteros militares, el despliegue de camiones del Ejército y la Guardia. Un operativo sigiloso, del cual el gobernador Villegas no ha declarado nada (él tan hablador y declarantín) desde debajo de la cama, a donde fue a refugiarse, al pensar que ya venían por él. 

El gobierno de AMLO, a través de su secretario de la Defensa Nacional, General Luis Cresencio Sandoval González, informa la captura del operador financiero de un grupo delictivo afín al Cartel del Pacifico. Hubo intercambio de metralla. Un civil resultó herido, no de gravedad. De las fuerzas castrenses ni un solo. Resulta sospecho que a semanas de capturar al Ovidio Guzmán, logran dar este golpe. 

Por fin se fijan en Durango. Desde hace veinte años, el narco, sobre todo el Cártel del Chapo, es dueño y señor de la ciudad y las sierras de Durango. El tristemente famoso Triángulo Dorado, entre Chihuahua, Sinaloa y Durango, en sus sierras, durante años el amo y señor fue el Cártel de Sinaloa. Y sigue siéndolo. 

Acá, en el rumor alacranero, en las verdades a medias, ante el silencio de la prensa chayotera, sospechábamos de las relaciones del exgobernador Ismael. 

En el libro ‘Los señores del narco’ de Anabel Hernández, se narra “anécdota” de las cachetadas que le da el Chapo al entonces gobernador Ismaelillo, por no asistir a su boda en Canelas. ¿De dónde la enorme fortuna del hoy diputado Hernández? ¿De dónde las miles de sus propiedades, incluida, según dicen, la isla frente a Mazatlán? ¿Cómo es qué hizo tanto dinero? 

Silencio oneroso, cómplice, e impunidad de Herrera Caldera, Rosas Aispurio, Esteban Villegas.

Vale la pena releer o leer, el libro ‘Los señores del narco’, para comprender al México de hoy, al México violento, propiciado por Felipe Calderón y su cómplice Genaro García Luna. Veinte años de masacres y desapariciones. Veinte años de asesinatos sangrientos. Iniciados desde Vicente Fox y prolongados por Peña Nieto, entender el cómo Durango, su capital, ha vivido bajo el mando de los cárteles. 

Basta recordar las narcofosas, la violencia y ejecuciones que hubo en Durango. Más de 300 cuerpos sacaron de una sola de esas fosas clandestinas, en pleno corazón de la ciudad, por rumbos de la colonia Universal. 

Basta leer las magníficas crónicas de Alejandro Almazán ‘Cartas desde Durango’ y ‘Cartas desde La Laguna’, el periodista y escritor, ganador del premio nacional de periodismo narra crudamente los crímenes del narco en Durango y La Laguna, en voz y entrevista a las víctimas, muy diferente de la versión oficial del gobierno de Durango, del aquí no pasa nada, somos una ciudad segura y toda esa sarta de pendejadas.

‘Cartas desde La Laguna’ es publicada en la revista de crónica latinoamérica Gatopardo, que estúpidamente el gobernador Herrera Caldera trata de censurar, recogiendo el cargamento de revistas en el aeropuerto. El pendejo (hoy encargado de la religión en el PRI, una pendejada así) no sabía del poder del internet.

Como se señalan en el libro de investigación periodística de Anabel Hernández, ‘Los señores del narco’ (según la reseña del libro en 2014) es una descarnada crónica de las terribles complicidades de los altos círculos políticos, policiacos, militares y empresariales con el crimen organizado. 

La periodista Anabel Hernández con acceso a vasta documentación, inédita hasta hoy, a testimonios directos de autoridades y expertos en el tema, personas involucradas con los principales cárteles mexicanos de la droga, examina el origen de la sangrienta lucha por el poder entre los grupos criminales, cuestiona la “guerra” del gobierno federal contra la delincuencia organizada. 

Ahora sabemos lo grave, el jefe de la seguridad nacional, hoy en juicio, Genero García Luna, en el sexenio de usurpador Felipe Calderón, era operador principal y protector del Cártel de Sinaloa o del Pacífico. La periodista, hoy cuestionada por su ataque al gobierno actual de López Obrador, publica este libro en el 2014, detonando una bomba, que en Durango apenas levanta polvadera. Investiga las intrincadas redes de contubernios, desde 1970, cuando se controlaba el tráfico de enervantes haciendo que los narcos prácticamente pagaran impuestos al gobierno. 

En los años ochenta, los jefes de la organización criminal del Pacífico, auspiciados por la CIA, incursionaron en el negocio de la cocaína, surgen poderosos capos como los hermanos Beltrán Leyva, Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán Loera, quienes penetran las estructuras del Estado y las usan a su servicio. El “pacto de impunidad” con numerosos funcionarios públicos y hombres de negocios. En ‘Los señores del narco’ la periodista narra un impactante viaje al interior del mundo del narcotráfico para denunciar los poderosos resortes que lo mueven, narra con nombre y apellido. Así que no sorprende que durante veinte años en Durango, los caciques y el poder del narco, la corrupción de sus gobiernos y funcionarios no se hayan mencionado, mucho menos investigado. Hasta hoy con la captura de este operador financiero. 

Falta que investiguen quiénes lo protegían, será muy ingenuo creer que el gobierno actual y los pasados no sabían de estas operaciones del narco. No estaban coludidos. Sería muy pendejo creer que la Fiscalía del Estado y sus derivaciones, la Fiscalía Anticorrupción, la policía y Poder Judicial, ignoraran toda esta corrupción, al menos que fueran sus cómplices y beneficiarios. 

Tuvo que ser el poder federal el que actuara en Durango. Y sin avisarle a Villegas ni media palabra ¿Falta de confianza? A ver cuántas ratas y criminales, salen involucrados. A ver cuántos ex gobernadores salen embarrados. A ver cuántos funcionarios y ex funcionarios se detectan de la cloaca. A ver cuántos empresarios y políticos, son señalados como cómplices del Cártel. 

 

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