No somos un país polarizado

Estamos los mexicanos que votamos por Claudia y los otros, los odiadores

Nacional 15 de junio de 2024 Martín M. González
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La llamada marea rosa no quedó ni en diarrea. Ahora estos mexicanos blanquitos, clasistas y sumamente racistas amagan con no dar propinas ni donar en caso de desastre natural, incluso ya comenzaron a despedir a sus trabajadores por considerarlos "chairos". Con el argumento que debido a su naquez votaron por Morena, que ahora los mantengan Claudia.

Debemos responder como pueblo organizado no consumiendo los productos de Kimberly Clark, empresa de la familia del líder de la marea rosa, Claudio X González. Otras empresas que han invertido recursos para intentar frenar a nuestro movimiento son Femsa-Coca Cola (del Diablo Fernández que juró públicamente que invertiría su fortuna en derrocar a López Obrador) y Grupo Salinas (de Ricardo Salinas Pliego).

Si los integrantes de la marea rosa y sus dirigentes amagan con no dar propinas ni donar en caso de un desastre natural, si despiden a sus trabajadores por el coraje de haber perdido las elecciones y plantean no pagar impuestos como medida de resistencia, debemos responder de la misma manera. Deberían tomar medidas más tajantes, emigrar a Suiza o España, a convivir con sus arios y de razas superiores. No andar con estas payasadas.

La propuesta es que no compremos ninguna de las marcas de Kimberly Clark, no consumamos los productos de Femsa Coca Cola, no usemos los servicios de las empresas de Salinas Pliego y otras que ustedes puedan sugerir.

Que sus desplantes de odio no queden sin respuesta. Su irresponsabilidad y racismo debe ser enfrentada por el pueblo organizado.

Por lo pronto el prestamista y usurero Ricardo Salinas Pliego tendrá que pagar 24 mil millones de pesos en impuestos.

Los fifís derrotados se desquitan con la gente que tienen a su servicio, con sus sirvientes y choferes, con sus jardineros, no quienes les levan sus carros y los atienden en los supermercados. Despidiéndoles, negándoles su propina.

Se les recomendaría a los que votaron por Xóchitl que vayan vendiendo sus carros y casas, porque no tarda la comunista de Claudia en quitárselos. Y mejor vayan sacando visa a España y Suiza porque no tardamos en convertirnos nuevamente en Nueva Venezuela o quizá en la Cuba sin Fidel. Luego no digan que no les avisamos. 

Y compren millones de dólares porque se va a disparar a 80 pesos por dólar. Y quemen sus biblias porque de hoy en delante seremos ateos. Y las iglesias se convertirán en bibliotecas y gimnasios. Y el logotipo de la bandera, el águila devorando la serpiente será sustituida por la santa muerte.

Y lo peor, los oligarcas seguirán pagando impuestos. Y para miedo de todos los de derecha, seguirán las pensiones a los adultos mayores, los apoyos a estudiantes y jóvenes, madres solteras. Y sí, tengan miedo, seguirá subiendo el salario mínimo. Y a los curas habrá que meterles el rosario por donde no les llega el sol. Y a las juezas hacerlas pagar su narco protección. Y eso que el comunismo ya no existe desde hace cuarenta años

Se acaba de comprobar que no somos un país polarizado. Estamos los mexicanos que votamos por Claudia. Más de 35 millones. Y los otros, los odiadores. Estamos los que amamos a nuestra patria y queremos igualdad. Y están los odiadores. Estamos los que trabajamos día a día. Y están los odiadores. El máximo patrón del Prian y de Claudio X González, los gringos ya reconocieron el triunfo absoluto de Claudia como presidenta. Igual China y Putin.

La única que falta de reconocerlo es una tal Xóchitl, vendedora de gelatinas, que en tiempos libres se disfraza de botarga de dinosaurio, a veces es comunista, otras francesa, a lo más corrupta, mentirosa y mitómana, pero de ahí más, Claudia será nuestra presidenta los próximos seis años para darle la estafeta a Fernández Noroña o la reelección de López Obrador. Pero nunca Marcelo el traidor.

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