El "tongo" de la libertad de expresión en Durango

Como cada año de un 7 de junio se monta el circo de celebrar el “día de la libertad de expresión” en Durango, por parte de gremio de comunicadores y del gobierno. Un día especial del chayote y sobre amarillo. Los comunicadores oficiales de los medios corporativos, radio y televisión y ahora redes sociales, van a postrarse y mostrar su sumisión al gobierno en turno.

Celebran lo que nunca ha habido en Durango. Celebran con flores que son un verdadero insulto a la memoria de Francisco Zarco, una libertad de expresión acotada y controlada por el gobierno en turno, mediante el pago de publicidad y dádivas. Basta mirar las casas y propiedades, los vehículos de lujo de los dueños de los medios periodísticos y de algunos comunicadores lectores de notas, vasallos en la nómina gubernamental.

En Durango la libertad de expresión termina y empieza en el sobre amarillo. Basta leer las notas diarias en los periódicos impresos, los pocos que todavía sobreviven, meterse a las redes informativas, escuchar los noticieros de radio y ver los televisados, para darse cuenta que la mayoría de los comunicadores, no periodistas, son meros lectores de boletines oficiales y arrastrados chayoteros, solo celebran al gobierno, chulean al gobernador en turno. Publican loas y alabanzas del gobierno. Nunca sus transas. Nunca sus corrupciones. Nunca sus nepotismos y nunca la mafia que los rodea. Y sus negocios turbios, gracias al poder que ostentan. Nunca la renta ilegal y corrupta del mirador de los Remedios, ni el gran negociazo que van a hacer con la feria al convertirla en una empresa privada.

Solo boletinan lo que les da la Dirección de Comunicación Social del estado, cuyo titular Víctor Hernández Jr., tiene una acusación de corrupción al pasar una “mensualidad” a su padre, también comunicador oficialista.

Cínicamente “los periodistas” en Durango celebran el día de “libertad de expresión”, celebraran el regreso del sobre amarillo.

Hubo el discursito cursi ante el monumento de Francisco Zarco, las florecitas y la cara de solemnidad, una música de banda, los comunicadores y las autoridades.

Luego la comilona, les callan la conciencia y veracidad con unos cuantos canapés, con algunas bebidas, los maicean con una tragazón. Eventos deportivos con nombrecitos excelsos de comunicadores, algunos de ellos fueron víctimas de la censura en el pasado, y ahora festejan al gobierno actual. Vende caro tu honor. Entrega de dolomitas, abrazaditos, medallitas, curitas y canicas doradas. ¿Eso es la libertad de expresión?

Por eso Durango está tan jodido, porque la mayoría de los medios de comunicación no tienen ética y respeto por la profesión de su oficio periodístico. No ejercen su responsabilidad de ser la voz de los ciudadanos y ser vigilante y denunciante del gobierno y sus corrupciones.

El miedo a quedar fuera del presupuesto, el miedo a ser vetado, de no recibir el jugoso cheque por la supuesta publicidad, pone mordaza en el periodismo. Basta ver los departamento de comunicación en las secretarias para ver antiguos periodistas al frente ya con base y buen sueldo. Se acomodaron y les compraron el silencio.

Aquí en Durango, un periodista, un periódico, gana más por lo que calla que por lo que denuncia. Y es cómplice de la jodidez que vivimos. Es cómplice de la corrupción que impera. Disfruten el día de la libertad de expresión, financiado por el gobierno de Esteban Villegas.

No olviden que, en su día, el ex gobernador rata priista José Rosas Aispurio les pagó el sobre amarillo. Un tongo vomitivo en Durango de la prensa oficial y su patrón, el gobernador Villegas.