Peso Pluma

Cultura30 de enero de 2024 CARLOS YESCAS ALVARADO

web peso

No hay obsesión más grande en el ser humano que asignar un inicio, y con gran pesar, un final a todo. Por supuesto, lo que ocurre entre un punto y otro también es materia de desvelos, desesperación, análisis, deseos de adelantar o regresar: el tiempo. 

Lo que sucede en determinado periodo tiene un peso, y actualmente, para muchos tiene un Peso Pluma. 

La controversia que ha levantado este cantante trasciende los límites de lo musical, pues para algunos es el reflejo de una sociedad cuyo peso específico recae en ciertos estereotipos y afanes de poderío, fama rápida y claro, una enorme cantidad de posesiones materiales que se puedan presumir a través de redes sociales.

Para otros, es la evolución que ha tenido el llamado género regional mexicano, una región a veces incomprensible a donde van a parar decenas de cantantes y grupos de muy diversa manufactura, y que se ha extendido a otras formas de hacer música, acompañadas de un estilo de vida que ejemplifica, o simboliza el tan mencionado Peso Pluma. 

Habrá, claro, quienes prefieran otro tipo de expresiones sociales, culturales y artísticas, y a quienes les llene este peso, que para muchos es demasiado pesado. 

En History Channel tienen un documental llamado La historia del mundo en 2 horas, disponible también en You Tube en el que se hace un interesante ejercicio:

Aceptando que el big bang ocurrió hace 14 mil millones de años, y trasladando ese tiempo como si todo hubiera sucedido en sólo 14 años, eso significaría que nuestro planeta Tierra se hubiera creado hace apenas un lustro. 

Los dinosaurios se habrían extinguido hace 3 semanas; el primer homo sapiens sapiens habría iniciado su andar hace apenas 3 minutos y la revolución industrial habría sucedido sólo 6 segundos atrás. 

Esto nos muestra cómo es de relativo el tiempo y lo que sucede en él, y como dice Víctor Jara en Te recuerdo Amanda: “La vida es eterna en 5 minutos”.

Regresando al tema de Peso Pluma, esto nos demuestra también que no hay nada de qué preocuparse porque siguiendo esta escala de tiempo, su música ocuparía, cuando mucho, una millonésima de segundo, es decir, no hay que preocuparse por su permanencia en el gusto de las personas, ni tampoco darle demasiada importancia a su presencia en redes o conciertos. 

Un verso también nos puede demostrar lo efímeros que somos y que aún los millones, de años, de pesos o de plumas, se pueden convertir en menos que un parpadeo. 

 Seguimos Converseando. 

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