Cuento / 1a. parte
A tu merced me he de encontrar cuando me miras, bajo tus encantadores brazos me he de recostar, sentir y verte cómo amas, extender mi mano alrededor de tu cintura y acercarte para que nuestros labios compaginen y el calor de nuestros cuerpos se haga uno, mientras que mi mente y cuerpo siente esa explosión de emociones, incluso no parar de temblar pues el candente amor que nos damos me hace sentir helado.
Nunca me cansaré de esas mañanas que me dejas sin aliento, jamás me cansaré de esperar y perdonar, pues sin ti no soy nada, no soy ¡nada más! Sentir y comprender que detrás de esa hermosa y delicada piel existe una persona más, todo eso me hace entender el ¿Por qué te has de equivocar?, prometí cuidarte y jamás sola volverte a dejar, por eso es que cercano me siento de ti, porque más allá de un error, eres una perfección ante mí, aunque te cueste aceptar y de tu cara lagrimas dejes derramar.
Para mí no eres otra cosa que mi gran amor y nadie más jamás lo podrá igualar, perdón si también te he llegado a lastimar, pero no es que sea malo, si no que mi tonto espíritu de amor no se sabe expresar, solo sé denotar preocupación e irritación, pero soy mucho más que eso y cundo te beso te lo demuestro.
Espero que eso jamás vaya a terminar, mas sin embargo, si tú quieres irte lo comprenderé, claro que por ti luchare, pero jamás daño te haré, porque es algo tan particular lo enamorado que estoy de ti.
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