Las tres revoluciones de México

Hemos tenido tres revoluciones del siglo veinte a la fecha, en México. La primera en 1910, encabezada por Pancho Villa y Emiliano Zapata. Traicionada por Madero y demás generales que llegaron al poder.

La segunda revolución, en los años treinta, cuando el General Lázaro Cárdenas inicio el reparto agrario y alfabetización a la nación. Traicionada por Ávila Camacho y de ahí pa’ delante.

La tercera revolución, en 2018 y sigue en marcha, la encabeza Andrés López Obrador y es el único presidente, honrado y nacionalista, que sí ha logrado realizar algunos de los ideales de la revolución armada de 1910. Y sin disparar un solo tiro. Viva López Obrador, cabrones. Y también será un honor estar con Claudia, nuestra próxima presidenta.

 

II

 

Veinte de noviembre, junto con el 15 de septiembre, son sin duda, las fechas más importantes en el imaginario histórico mexicano. El 15 de septiembre, celebramos con un grito el inicio de la lucha de independencia de México, de yugo de la corona española.

En 20 de noviembre se anota como la fecha oficial del arranque de la revolución, por el levantamiento armado de los hermanos Serdán.  Los cuatro hermanos Serdán: Aquiles, Máximo, Carmen y Natalia, fueron los primeros en seguir el llamado de Francisco I. Madero, en Puebla, para derrocar al dictador General Porfirio Díaz.

El Veinte de noviembre se celebra con un magno desfile militar, una fiesta de charros, del pueblo. Una muestra del poderío de nuestras fuerzas armadas, de tierra y aire. Se muestran los diferentes cuerpos militares que conforman las fuerzas castrenses.

Desfilan ante el Presidente, rindiéndole lealtad, el Ejército siempre fiel. Se exhiben aviones de combate, surcando los cielos; la más granado del Ejército, la elite del Colegio Militar, la Marina, los tanques y carros, enfermeras y médicos militares, la banda de guerra. Se rinden honores a la bandera por la escolta militar. Banderas y sombreros revolucionarios se agitan por los que disfrutan el desfile. Niños disfrazados de pequeños panchos villas, bigotes pintados en sus caritas, las niñas de hermosas adelitas.

Al pasar frente al Presidente, se le saluda con un saludo militar, al comandante en jefe. Desfilan orgullosos, como hermosos centuriones. Desfilan marciales y en estricta disciplina militar. El Ejército es la fuerza de México. 

Al final de la celebración de otro año más de la revolución mexicana, el secretario de Defensa, rinde el informe al máximo jefe, sobre el número de elementos, equipo y maniobras que desfilaron. Se guarda la bandera y el himno para el siguiente año.

 

III

 

Este Veinte de noviembre, es el cumpleaños de dos grandes hombres que he admirado profundamente. Los dos, congruentes, de una sola pieza y de una única palabra. Ningún de ellos traicionó su palabra ni a su familia. Ni a México.

Ninguno de ellos, vendió su honor. Ni traicionaron sus ideales y honor. Los dos nacieron un 20 de noviembre, uno del 1914, otro en el 1938. 

Los dos de izquierda. A uno lo conocí a través de sus libros y lo amé. Al otro, lo conocí toda mi vida, y lo sigo amando.

Ninguno de ellos ha muerto, el primero es inmortal en su pensamiento y obra literaria, el otro, mi padre, vive en mi corazón.

Desde esta pobre mortalidad que cada vez se me extingue, les deseo feliz cumpleaños, estos dos grandes hombres, que tanto han influido en mi vida y pensamiento, feliz cumpleaños, mi amado padre, Don Jesús Marín Montenegro, en su cumpleaños 85, y a Don José Revueltas, por su 109 cumpleaños. Siguen imbatibles y hermosos.