Inseguridad e impunidad a casi un año de gobierno de Villegas

Cuál pinche estado seguro es Durango, como cacarean el gobernador Esteban Villegas y el presidente José Antonio Ochoa. Las camionetas perronas, las camionetas mordelonas, nomás sirvieron para que el alcalde hiciera su oscuro negocio, de rentarlas en vez de comprarlas e irse sobre las multas y mordidas.

Nos llegó una denuncia ciudadana que ilustra el día a día:

“Buen día profesor. Estoy triste, porque ahora los amantes de lo ajeno se suben a las azoteas a robar tubería de cobre de los tinacos y de tanques estacionarios en zona centro, en pleno día, esperando que salga una a trabajar. Y hace unos días también robaron en toda la calle de Aquiles los medidores de luz, y las luminarias de la banqueta fundidas y el 072 no contestan, los reportan al Canal 10 y 12 y sale la misma. La oscuridad en la noche…”.

Y además, la impunidad imperante:

No debemos olvidar ni quitar el dedo del renglón, dirían los clásicos, que casi un año del gobierno de Esteban Villegas y sigue libre e impune y burlándose de los duranguenses el mayor desfalcador del erario público, José Rosas Aispuro, quien dejó quebrantado a Durango con mas de 25 mil millones de pesos.

No debemos olvidar que siguen libres los asesinos intelectuales de la crisis de meningitis, que lleva 41 muertes ocurridas en quirófano, muertes que jamás debieron ocurrir.

Entraron a curarse y salieron en una bolsa como cadáveres. Mujeres que eran madres, esposas, hijas. Ahora son silencio de tierra, alimento del polvo y del olvido. Dejaron hijos en la orfandad, viudos y padres sollozantes, con un dolor eterno y una rabia por justicia. Y los culpables tienen nombre, culpables porque su nombramiento corrupto, provocó estos asesinatos, estos feminicidios en el quirófano, son el Aispurio y su doctor González que era su secretario de Salud. Ellos avalaron estos horribles crímenes.

Jamás el olvido. Jamás la impunidad.  Exigimos justicia. Exigimos un Estado de derecho. Y no, los gobiernos cobardes y cínicos que tenemos. Fuera Villegas. Fuera Ochoa Rodríguez. Si tienen denuncias de corrupción de abuso de poder, de injusticas, abrimos esta tribuna en Espacio Libre, mande de forma anónima si gustan sus quejas y denuncias al watsap 6183622894 con Chuy Marín o a la redacción de Espacio Libre. Callarse es hacerse cómplice.

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El pasado viernes se cerró la calle Zaragoza y fue un caos monumental en esta pequeña ciudad, diseñada para el paso de carromatos y hombres a caballo. No para los cientos de vehículos, conducidos por pilotos suicidas trogloditas al  que transitan por su centro histórico.

Deberían implementar medidas para que solo circulen los camiones de transporte público, los taxis y vehículos de emergencias. Y a caminar tanto wuevón que hasta para ir por un kilo de tortillas utiliza el carro. Supieran manejar y respetar las leyes de tránsito y convivencia, pero no. Y se arman un caos como el del pasado viernes.

Congestionamiento en el centro de la ciudad. La calle Bruno Martínez, a la altura de la avenida 20 de Noviembre cerrada por miembros del ejército. Lo mismo la de Zaragoza a altura del Palacio de Justicia. El caos terrible, casi una hora para avanzar una cuadra.