Pan, Circo y … Cultura IV

El tiempo es su camino

Opinión29 de mayo de 2023 Miguel Ángel Burciaga Díaz

web pan y circo

Desde hace ya varias administraciones se ha hecho hincapié en la problemática de que los Festivales Culturales de nuestro estado, al menos los dos más conocidos, llevan el nombre de importantes artistas nacidos en nuestra tierra, pero ellos no son protagonistas de la programación de éstos.

Aunque la argumentación común por parte de los dirigentes suele ser que usar un nombre no tiene nada que ver con el contenido y peor aún cuando dicen que en el caso de Ricardo Castro, Silvestre Revueltas o los hermanos de este último, no se podría estar año con año mostrando siempre sus obras o contenido relacionado a sus obras, porque el público terminaría cansándose.

En primer lugar, ojalá en algún momento estos festivales hayan considerado como eje las obras de estos importantes personajes, porque al menos desde hace 15 años nunca han sido el foco central de los festivales, así que dudo que podamos aburrirnos de algo que aún ni siquiera hemos empezado a conocer.

Por otra parte, los administradores justifican que se buscan otras expresiones para estos festivales porque tratan de imitar las tendencias de festivales y prácticas de primer mundo, salvo que se tenga una definición diferente de este concepto, creo que todos entendemos que el primer mundo es Estados Unidos y Europa principalmente, lugares donde cada festival que lleva el nombre de un artista dedica el festival al artista y casualmente no se aburren, tan es así que en el Festival Wagner de Bayreuth, por ejemplo, siguen presentando nada más que las 13 óperas de Richard Wagner desde hace casi 150 años y la gente está tan “aburrida” de ese festival que debe sacar las entradas con minimo 3 años de anticipación y estar dispuesta a pagar un ojo de la cara para evitar que se agoten las localidades. 

Continuamente se habla de fortalecer, difundir, conservar, promover, fomentar y demás palabras similares respecto al patrimonio cultural de nuestro estado, lo que no entiendo es que siendo Durango tan afortunado de haber ganado la lotería de ser la tierra natal de artistas tan notables como Ricardo Castro o los hermanos Revueltas, de los cuales tan solo con Silvestre o José habría demasiado por hacer, se hayan convertido meramente en señuelos para calles, teatros, paseos, colonias y bueno festivales, porque conocer la obra de ellos no la conocemos. Tenemos noción del Vals Capricho de Castro y por ahí la Noche de los Mayas o Sensemayá de Revueltas, pero ni de cerca estamos por conocer todo lo que hicieron, lo cual, sí es una realidad en otros estados que se han encargado de verdaderamente conservar, promover, publicar y difundir el repertorio compuesto por estas grandes figuras.

Me podrán decir que en tal Festival Revueltas se tocó tal obra o en tal Ricardo Castro la otra y claro, yo mismo como músico lo he hecho, pero jamás podrán afirmar que su obra o su arte fueran las protagonistas del festival, salvo un par de ediciones en años previos a la pandemia en el Festival Ricardo Castro o a fines de los 90’s cuando el Festival Revueltas todavía se llamaba Tonalco.

Como vemos, la idea de diversidad cultural mal entendida ha hecho que año tras año estos festivales se tornen en una ensalada sin lógica donde se junta todo lo que se puede, reclutando artistas que vienen de gira en otros festivales, se hace un esfuerzo para anular las obras de sus protagonistas y se reemplaza este protagonismo con efímeros artistas comerciales, como lo mencioné en otro artículo.

Aunque sería un atraso anular cualquier posibilidad de que exista un foro para difundir la obra de destacados artistas duranguenses, coincido con la gente que opina que mejor deberían llevar otro nombre los festivales, porque es un abuso utilizar el nombre de una figura tan reconocida y que tanto hizo por la cultura de nuestro país para ni siquiera incluir un solo evento relacionado con ellos, como pasó en el reciente Festival Ricardo Castro 2023, donde ni siquiera alcanzó para al menos leer la biografía aunque fuera un “copiar-pegar” de la Wikipedia.

Es una lástima que año con año sean otros estados e incluso otros países donde se interpretan más veces las obras de estos compositores que nuestra propia tierra, que de no ser por las veces que pueden programarse con las orquestas locales o algún que otro pianista, no tendríamos ni idea de las obras de ellos.

Para el mundo, Revueltas es considerado como uno de los 5, incluso 3 mejores compositores que dio Latinoamérica en la primera mitad del siglo XX, pero aún así en Durango se considera que no tiene caso hacer hincapié en su obra en el festival que lleva su apellido. Cuando puedan avísenle a ese turismo arrollador con el que supuestamente nos convertiremos en Cancún o Venecia, que, si quieren ir a escuchar a Ricardo Castro o Silvestre Revueltas, que pueden ir a cualquier estado de la República con agenda cultural, excepto al Festival Ricardo Castro o al Festival Revueltas de Durango, porque ahí no habrá chance de conocer la obra de estas figuras.

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