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En el Durango de pésimos gobiernos, pagan justos por pecadores
El fallido gobierno de Villegas nos hace pagar el pato que Aispuro (un priísta vestido de azul) y sus 40 ladrones se comieron
Local22 de mayo de 2023 SERGIO O. DELGADO SOTOEn mi segundo matrimonio, el único hijo que tengo es un bebé de 28 años, condición a que lo condenó de por vida el que en una clínica particular del barrio de Tierra Blanca el obstetra haya cometido el error de dilatar su nacimiento, lo que le provocó un infarto cerebral por hipoxia neonatal (falta de oxígeno) que lo volvió absolutamente dependiente de nosotros, sus padres, y lo hizo consumidor consuetudinario de un fármaco que le prescribió el neuropsiquiatra para su problema de ansiedad.
Tan severo daño neurológico afectó también el tracto digestivo de mi hijo. Como su intestino se mueve a una velocidad menor a la de un ser humano normal, a partir de los cuatro años empezó a estreñirse, lo que nos hizo apelar a los supositorios para hacerlo regir. Cuando ni con supositorios defecaba, no recuerdo cuántas veces lo llevamos, incluso de madrugada, a una clínica naturista que está en la colonia Jalisco y en donde lo destapaban no con purgas, sino a la antigüita: con lavados intestinales de linaza. Si en cierto momento dejamos de ir a esa clínica, fue porque un gran amigo y compañero de lucha que también sufría de un estreñimiento perro encontró la cura en el té de alcachofa (se vende en sobrecitos en las tiendas naturistas) y tuvo la gracia de pasarnos la receta.
Ahora bien, por su condición de bebé, mi hijo consume un tipo de pañales que son especiales y no precisamente baratos, de ahí que su mamá, movida como la que más por él, logró que en el DIF estatal le dieran, mensualmente, varios paquetes de esos pañales, prestación que en algo aligeró el costo de manutención de Sergio Francisco, como se llama mi bebé, pero que ya se suspendió en este mes porque, según le dijeron ahí las empleadas a Esperanza, el DIF ya no tiene dinero para sufragar ese gasto. Cuando les preguntó hasta cuándo se reanudaría la entrega, la respuesta fue que el gobierno de Esteban Villegas estaba tan quebrado, que lo más seguro es que vaya para largo la suspensión.
De más está decir que lo que está detrás de esta afectación a la economía popular es el estado de quiebra financiera en que dejó a los gobiernos estatal y municipal la administración de José Rosas Aispuro Torres, porque los pañales no sólo los consumen los niños de condición humilde y los discapacitados en esa misma condición como mi hijo: también los ancianos pobres que ya por el deterioro de su salud se la pasan permanentemente en la cama. Se resiste uno a creer que un tipo que se graduó de médico anteponga sus arreglos políticos tipo cosa nostra con sus congéneres del PRIAN a la satisfacción de ingentes necesidades del pueblo pobre como la que es objeto de este comentario.
Lógico que un estado como Durango que no sólo no sale del atraso sino que se hunde más por culpa sobre todo de los malos gobiernos a los dos niveles, y ya no sólo del PRI: también del PAN, los suicidios, de unos años para acá, estén creciendo en espiral, así los medios locales gobiernistas nunca digan que parte de ellos tienen un origen económico, ya sea por no tener un empleo o por lo que pone en crisis la relación de pareja el que, incluso trabajando los dos, no alcance el dinero para sufragar los gastos del hogar. Por eso cómo tengo presente, hará cosa de seis años, el caso de un hombre de 24 años, proveniente de El Salto, que vino a esta ciudad a buscar trabajo. A las dos semanas de andar en eso sin éxito, le ganó la desesperación y optó por regresar a su pueblo únicamente para ahorcarse. El mensaje de despedida que dejó no puso ser más conmovedor y elocuente: “No conseguí trabajo y la verdad es que ya no aguanto el hambre y la debilidad”.
Pero volviendo al asunto de los pañales, lo que está detrás es más que obvio: la draconiana determinación de ese fallido gobernador que es Esteban Villegas de hacernos pagar el pato que Aispuro (un priísta vestido de azul) y sus 40 ladrones se comieron, como está también detrás del cobro anticipado del replaqueo y por el que acaba de recibir Esteban un descontón de un juzgado federal que lo consideró improcedente por ser anticonstitucional, de modo que a todos los ciudadanos que se ampararon, que por desgracia no fueron muchos, ya se les está regresando su dinero. Por cierto que el de San Juan del Río anda tan cizcado porque su gobierno no da una, que el domingo antepasado en que fue a cortarse el pelo en una estética que está por el Boulevard Durango, casi esquina con Primo de Verdad, llegó escoltado ¡por diez automóviles negros con guaruras vestidos igual! Nada que ver con López Obrador que viaja todo el año por todo el país y muy poco escoltado, por la sencilla razón de que tiene la mejor protección: la del pueblo. Y es que mientras Esteban Villegas piensa no más allá de su mandato, López Obrador piensa en las futuras generaciones, porque el señor es todo un estadista, y estadistas es lo que necesita Durango para salir de su secular atraso. No hay de otra compas.
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